lunes, 15 de noviembre de 2010

Geroge Antheil el Bad Boy norteamericano de los rugientes años 20.



Sin duda alguna, la música de George Antheil (1900- 1959) todavía hoy en día sorprende por sus atrevidas ocurrencias y contrastes inesperados propios de la vanguardia de los años 20 y 30 del siglo pasado. Escuchamos su pieza A Jazz Symphony de unos 7 minutos de duración, compuesta entre los años 1923-25 y revisada posteriormente en 1955. Es una obra compacta, ágil y divertida de un solo movimiento escrita para una banda de jazz. En realidad fue comisionada originalmente para la orquesta de baile de Paul Whiteman, agrupación esta que atrajo otros talentos como Ferde Grofé y Georges Gershwin.




Comentarios:
Es básicamente música para instrumentos de vientos, piano y percusión que ejecutan diversos temas sin conexión alguna, con la única finalidad de entretener al oyente de manera sana y ligera sin traumas ni complicaciones. Una música barata y simple hecha con sonidos recogidos en la calle y en los salones de baile de los fines de semana. Música sin pretensiones de gran salón que se opone a las orquestas opulentas de la vieja tradición centroeuropea. En algunos momentos la música desmaya, pierde el ritmo y se desinfla, y entonces es empujada hacia adelante de manera mecánica imitando el sonido de las pianolas. A Jazz symphony es sencillamente divertida.

viernes, 12 de noviembre de 2010

El Futurismo ruso o la seducción por la velocidad y el movimiento de las máquinas.


Escuchamos un maravilloso cuarteto de Alexander Mosolov (1900-1973), uno de los futuristas rusos, el famoso compositor de La Fundición de Acero, una pieza bastante audaz en donde el ruido de las máquinas impone una dinámica creadora de gran originalidad. El futurismo en las artes fue un movimiento que nació en 1909 con un manifiesto del poeta italiano Filippo Marinetti y que influyó en la pintura y la música durante unos 30 años. Básicamente trataba de crear un nuevo arte que rompiera con las tradiciones del pasado y que incorporara el movimiento y la velocidad como elementos primordiales. En pintura dio sus frutos en la obra de Umberto Boccioni y Carlo Carrà, mientras que en música sus representantes más destacados son Luigi Russolo, Giacomo Balla y Francesco Balila Pratella.
La evolución de Octubre de 1917 en Rusia creó las condiciones ideales para incubar un movimiento de corte futurista en ese país. Los compositores soviéticos comenzaron a experimentar en este campo. De este proceso se generó un grupo de futuristas entre los que se encuentran Roslavets, Mosolov, Deshevov, Davidenko, Goedicke, Gnessin y Pathenko. Ellos se plantearon escribir obras de estructura simple, modernas y que fueran de fácil audición por la gran masa de la población, desde los granjeros colectivos, hasta los obreros de las siderúrgicas.
El cuarteto de cuerdas No. 1 Op. 24 Alexander Mosolov (1900-1973) consta de cuatro movimientos
1 - I. Andante Agitato 15:07
2 - II. Adagio 2:48
3 - III. Scherzo 3:20
4 - IV. Allegro Molto Risoluto 1:45
Comentarios:
Es una obra de vanguardia de fácil audición en donde su autor emplea todos los recursos técnicos de los cuatro instrumentos tradicionales para crear un mundo sonoro de recios perfiles. Hay ritmos de máquinas bien aceitadas, chirriar de los émbolos y las cadenas de trasmisión en motores de mil caballos de potencia. Pero por otra parte no falta el elemento humano en la sección central del primer movimiento donde el autor se deleita con los ritmos vibrantes de las danzas folklóricas.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Atravesando el umbral del modernismo en las sinfonías de Myaskovsky.


Myaskovsky es un músico poco comprendido por la dificultad de encasillarlo en las corrientes del siglo XX, pues a veces es conservador y otras incursiona en la vanguardia. En general sus obras son bastante tonales, trabaja con las formas clásicas moviéndose dentro de una amplia gama de estilos musicales: romanticismo, modernismo, neoclásico, impresionismo, expresionismo y por supuesto, realismo socialista. No en vano fue uno de los grandes músicos soviéticos formando un cuarteto de muy selectos compositores, siendo los otros tres: Prokofiev, su amigo y compañero de toda la vida, Shostakovich y Jachaturiam su alumno predilecto.

FRancisco Rivero. Myaskovsky. 2009.

Hoy escuchamos un par de Sinfonías de su segundo período. Dos obras de tendencia modernista en donde su autor se atreve a pasar la línea de vanguardia y experimenta con nuevos sonidos y formas musicales. Dos obras de mucha aceptación para la época en que la Unión Soviética abría sus puertas a todas las corrientes de vanguardia en la búsqueda de un arte nuevo y futurista que rompiera con el pasado, un nuevo arte que expresara los ideales renovadores de la revolución.


Sinfonía No. 10 en fa bemol op. 30 

Ccompuesta en 1926 expresa con toda propiedad el ímpetu de todos aquellos ideales vanguardistas. Es una sinfonía de acero como la segunda de Prokofiev, estructurada en un solo movimiento de estilo expresionista con ritmos avasallantes, timbres ácidos y corrosivos y dislocaciones abruptas, angulares e inesperadas del discurso sonoro. Esta obra en forma de sonata algo violenta y agresiva nos lleva sin descanso durante 11 minutos a un clímax de gran dramatismo. Las cuerdas imponen un ritmo de marcha forzada en los registros más bajos creando una atmósfera de ensueño. En el minuto 14 se inicia la recapitulación de todo el material previo, para volver al inicio y así completar el ciclo.
Como se dijo antes la obras consta de un solo movimiento:
Un poco sostenuto 16:43.



 Sinfonía No. 11 en si bemol OP. 34 

Ccompuesta entre 1931-32 es algo más canónica que su hermana que la precede. La obra se estructura en tres movimientos:
1. Lento 13:01.
2. Andante 11:18.
3. Precipitato 10:10.
El primer movimiento es casi una continuación de la sinfonía anterior por el empleo de timbres agresivos y la bitonalidad. ES un movimiento nervioso y agitado con muchos brotes de violencia en los cobres y la percusión. Hay bifurcaciones melódicas algo inesperadas que conducen por caminos extraños en desarrollos fugados de gran originalidad.
El segundo movimiento se inicia de manera serena con un tema romántico por parte de las cuerdas al unísono. La música blanda y aterciopelada posee detalles recamados de sutiles adornos por parte de las maderas. La flauta expone un bello segundo tema que sirve de preámbulo a una sección de intrincado contrapunto en donde las maderas toman un papel protagónico. En el minuto 7 se alcanza el clímax bastante anunciado que se disuelve de manera imperceptible, dejando tras de sí una estela de paz y sosiego.
En general la obra expresa la belleza de un paisaje donde el sol y la luz nos alejan de cualquier preocupación.


martes, 9 de noviembre de 2010

Myaskovsky no es tan triste como parece…

Myaskovsky no es tan triste como parece…
He estado escuchando la integral de las sinfonías de Myaskovsky, una caja de 16 cd. Llena de agradables sorpresas. Sin duda alguna uno de los proyectos más interesantes de grabación en el siglo XX, a cargo del director soviético Evgeni Svetlanov, un veterano de estas lides. Es una iniciativa que hace justicia a la memoria de tan insigne compositor, inexplicablemente olvidado en las salas de concierto. Inicialmente produjo la grabación de las primeras nueve sinfonías junto con algunas de las últimas en el sello Melodya. Las caratulas eran horribles. Pude obtener las cuatro primeras entregas. Eran grabaciones buenas, desde el punto de vista orquestal, aunque el sonido no estaba bien ecualizado.



En verdad las primeras sinfonías eran largas y depresivas. Difíciles de seguir en los movimientos lentos teñidos de tristeza y nostalgia. Era como quedarse una noche de luna llena, al borde del camino durante el invierno, en medio de la soledad de las estepas siberianas.

Francisco Rivero. Myaskovsky. 2007.

En el año 2009 el escritor y crítico Richard Taruskin publicò un libro: On Russian Music, el cual contiene un capítulo dedicado a Myaskovsky titulado “For Russian music Mavens, a Fabled Beast is bagged” cuya traducción al español sería “Para los expertos en Música Rusa, una bestia legendaria es atrapada”. El título tan extraño se refiere a este singular proyecto de grabar las 27 sinfonías de Myaskovsky en CD. Algo nunca hecho hasta entonces y bastante apetecido por los coleccionistas amantes del músico ruso. Entre otras curiosidades acota el autor que hasta 1980 apenas se habían podido grabar 15 sinfonías del total. ¿Porque Myaskovsky, el Haydn del siglo XX, ha sido relegado por tanto tiempo? ¿Será por las obras de su tercer período, algo conservadoras en donde el autor recoge la herencia de la música rusa del siglo XIX y nos hacen recordar a un Borodin, Skryabin o Chaikovsky? ¿ O fue acaso otra víctima de la guerra fría entre este y oeste en materia cultural?

 Sinfonía No. 25 en Re bemol mayor Op. 69

Escuchemos la Sinfonía No. 25 compuesta  en 1945. Es una obra de unos 35 minutos de duración y que se estructura en tres movimientos:
1. Adagio 15:57.
2. Moderato 5:18.
3. A metro impetuoso. 13:38.
Comentarios:
Esta obra estilísticamente corresponde al tercer período del autor, que se inicia a partir de su sinfonía No. 14 del año 1933. Es de fácil audición. Su primer movimiento en tiempo lento contiene bellas melodías trabajadas en base a variaciones. Es una música dulce, serena, agradable y melodiosa que se derrama generosamente como el mejor vino de la victoria, después de la gran tragedia bélica que transformó el mundo. Es un amanecer de un nuevo día lleno de esperanza y fe en el destino de la humanidad. Hay secciones de solistas para el clarinete bajo, la flauta y el fagote que contrastan con las ensoñadoras cadencias de las trompas y otros metales. El movimiento en forma de sonata es palindròmico, pues los dos temas contrastantes son presentados en la recapitulación en orden inverso, algo bastante común en este autor.