miércoles, 11 de enero de 2012

Schoenberg y el retorno a los clásicos: Serenade, op. 24.



La Serenade Op. 24 para barítono, clarinete, clarinete bajo, Mandolina, Guitarra, Violín, Viola y violonchello es una obra de cámara de Schoneberg., compuesta entre 1920-23.

Después de la Primera Guerra, Europa había quedado devastada y no había en aquel ambiente de austeridad grandes orquestas. La solución de tipo práctico para muchos compositores fueron las obras para pequeños conjuntos de cámara, siendo Stravisnky el primero de ellos con su Historia del Soldado, del cual hablaremos en otro momento. Se volvió la mirada hacia el pasado en busca de las formas clásicas. Ya el mismo Schomberg en su Pierrot Lunar emplea este tipo de conjuntos pequeños.

FRnacisco Rivero. Schoenberg. 2005.


A Schoenberg le gustaba jugar con los números.

El número siete es el preferido. Una pequeña orquesta de cámara de siete instrumentos toca una serenata en siete partes y en el movimiento central un barítono canta un soneto de 14 = 7 x 2 versos. Es el soneto 256 del cancionero de Petrarca. Nótese que 256 = 2 x 2 elevado a la potencia 7.

ES una pieza, algo dura de escuchar al comienzo, por tratarse de música atonal, pero luego, después de varias audiciones, nos damos cuenta de cuanta belleza ofrece. Sus líneas melódicas son de un lirismo suelto y ligero. La instrumentación algo inusual con la mandolina y la guitarra le da un toque mediterráneo de serenata nocturna para los enamorados. La música es expresionista por la manera de deformar las danzas de una suite tradicional, las líneas musicales forman un tejido musical extraño e irreal, que se expande en formas insospechadas de infinitas ramificaciones.

El autor emplea música dodecafónica para el soneto. Un soneto que evoca los madrigales del siglo XVI. Sin embargo, el canto del solista debe ajustarse a una serie de doce notas. El resultado es anguloso, doloroso y desesperado.

La traducción del poema es del libro Petrarca. Cancioneros y Triunfos. Ed. Porrua, Mexico. 1986.

Far potess’io vendetta di colei

Vengarme hacer pudiese yo de aquella

Que al mirarme y hablarme me destruye

Y por más pena darme esconde y huye

La luz que dexa atrás a toda estrella.



Ansi en mi corazón hace tal mella

Que por puntos mi vida disminuye

Y como león ruge, y aún me arguye

Cuando aflorar debria mi querella.



L’alma que a brazos anda con l amuerte

De mi se parte, y de su ñudo suelta

Se va tras la que le ha siempre afligido



Y ya me espanto de que alguna vuelta

El sueño no le rompe con gemido

Al abrazar y hablar de alguna suerte.

La obra es de unos 34 minutos de duración y se estructura en siete movimientos.

1. Marsch 4:34

2. Minuett 7:20

3. Variationen 4:14

4. Sonett Nr.217 [Soneto no. 217 de Francesco Petrarca) 2:54

5. Tanzscene 7:05

6. Lied (ohne Worte) 2:22

7. Finale 5:25


Discografía: Pierre Boulez. Ensemble Intercontemporain. Sony. 1993.

lunes, 9 de enero de 2012

Bartok: La música es un laboratorio



Entre las obras del siglo XX más difíciles de escuchar se encuentran los seis cuartetos para cuerda del compositor húngaro Bela Bartok (1881-1945). En ellos encontramos melodías fragmentadas, ritmos complicados y timbres ácidos, de agresivos matices, ásperos e irritantes para el oído. Duros de asimilar en una primera audición resultan esta media docena de cuartetos. UN entrenamiento previo puede ser escuchar los últimos seis de Beethoven. A Bartok hay que escucharlo una y otra vez, ponerlo en remojo y volver sobre él al día siguiente. ES como cuando uno logra entender un teorema de complicado de Topología de 10 páginas en todos y cada uno de sus detalles. Al final nos queda una sensación maravillosa de triunfo. Pero también, es necesario entonces guiar al oyente sobre los métodos de composición de Bartok, para poder entender su música.
FRancisco Rivero. Bale Bartok. 2004.

En primer lugar Bartok es un músico muy inteligente, con métodos de composición casi científicos, que se recrea con la matemática y desarrolla bellas ideas musicales a partir de pequeñas células mediante transformaciones geométricas de inversión, reflexión y traslación. Su música es un laboratorio de lo que se ha llamado la Geometría de la Música, algo que ya conocían los polifonistas del renacimiento. Una tradición que se continua con bach en sus canon y Beethoven en sus variaciones Diabelli.

Hasta este punto lo que hace Bartok no se diferenciaría  mucho de la música dodecafónica de sus colegas alemanes de la Segunda Escuela de Viena : Schoenberg, Berg, Webern.

Pero Bartok le agrega a la receta algo más. Aparte de eso está presente en sus obras el empleo de los ritmos complejos extraídos del folklore de Rumania, Bulgaria y Hungría. Y además un toque mágico de impresionismo.

El cuarteto para cuerdas No. 5 ( Sz 102) compuesto en 1934. En algunos de sus movimientos emplea la forma de Arco ABCBA para darles una sólida estructura. También en sus dos movimientos lentos escuchamos la característica Música Nocturna, romántica y misteriosa con reminiscencias de Wagner y Debussy.
El cuarteto No. 5 de Bartok se etsructura en cinco movimientos
Allegro                                  7:29.
Adagio molto                        6:04.
Scherzo Alla bulgarese-Trio.  4:56.
Andante                                 4:49.
Finale. Allegro vivace - Presto 6:54


En cuanto a la forma de Arco, esta se repite de manera global en toda la obra, pues hay una correspondencia entre le primer y último movimiento, al igual que entre el segundo y el cuarto. El movimiento central con sus ritmos búlgaros de 9/8 que se alternan en patrones de 4 + 2 + 3 y 3 + 3 + 3 , es el más destacado de los cinco. Matemáticamente la forma de arco es una simetría de reflexión, que en palabras o música se llama Palindromía. Una frase palindrómica se lee igual al derecho y al revés, como el título extraño de esta entrada. ¿ Suena bien esta frase?

Discografía:
Bartok. Takacs Quartet London.1988.

Después de haber empleado todos estos artificios matemáticos se le podría hacer a Bartok la gran pregunta ¿Su música suena bien?
Para mi suena excelente y la disfruto como un cuadro abstracto de Kandinsky.
He aqui en este video el primer movimiento

domingo, 8 de enero de 2012

Es tiempo de jazz: Geoge Gershwiny su concierto en Fa para piano y orquesta.





Un buen compositor es aquel que domina la técnica y crea obras entretenidas y agradaables. Un genio es más que eso, su música se apodera del público, crece y hace inmortal pues representa la voz de un pueblo y una época.

El Concierto en fa para piano y orquesta de George Gershwin es una de esas obras que al escucharlas nos viene a la mente la gran nación del norte.
Viví durante cinco años en Lousiana a comienzos de los ochenta y quede fascinado y agradecido con la amabilidad de los sureños y el ambiente musical que reinaba allí por todas partes, desde las bandas de jazz de los pequeños bares, los festivales de música kajun con bailes, acordeones y violines, y por supuesto, la música sinfónica de una orquesta local bastante aceptable.
Francisco Rivero. George Gershwin. 2012.


La matemática era mi pasión y mi tormento. Para suavizar un poco el duro trabajo que representaban los cursos de doctorado en Algebra en LSU, nos escapábamos algunos sábados a Nueva Orleans, siguiendo la I-10 rumbo hacia el sur y atravesando los pantanos del Atchafalaya, para disfrutar del ambiente de fiesta de la gran ciudad.

Atesoro en mi alma grandes recuerdos en la Bourbon Street, durante las infinitas noches sin preocupación, llenas de luces, carcajadas y algarabías, pateando las estrechas callecitas del French Quarter tomando Hurricane, la cerveza local Dixie, visitando la Mansión de Preservación de Jazz y terminando de escuchar el Jazz en el Jackson Square, para rodar luego hasta las orillas del Mississippi. Al día siguiente con una sopa de Gumbo se reponían las energías.

Hoy vuelvo a escuchar el Jazz con este concierto de Gershwin de gran vitalidad, fuerza y belleza y pienso en aquellos momentos entrañables. Este concierto de unos 30 minutos de duración se estructura en tres partes:

Allegro 12:16.

Adagio. Andante con motto. 10:16.

Adagio agitato 6:29.

El jazz ha sido el mayor aporte del continente americano a la música clásica. Es una mezcla que  expresa bien la cultura de los negros esclavos en Norteamérica en contacto con los instrumentos de origen europeo. A comienzos del siglo XX algunas bandas de jazz hicieron Tour por Europa y la gente quedó contagiada con sus ritmos. El Jazz causó furor. Muchos músicos lo incorporaron en sus obras como Ravel, Honneger, Bartok, Stravinsky, Milhaud, Hindemith y Shostakovich.

George Gershwin, un judío de origen ruso criado en Norteamérica, ha sido el músico que más ha explotado el jazz en sus creaciones. Por un prejuicio ridículo, quizás algo racista, su música fue considerado por algunos “críticos académicos” como ligera o de segunda línea. Algo insólito…

De los muchos videos de You Tube selecione al azar esta Rhapsody in Blue, la obra magistral de Gershwin.



sábado, 7 de enero de 2012

Darius Milhaud - Suite para Violín, Clarinete y Piano Op. 157b (1936).



El músico francés Darius Milhaud (1892-1974) fue un compositor bastante prolífico y además de gran capacidad para adaptarse a las más diversas combinaciones instrumentales. Compuso música para casi todos los instrumentos de la orquesta. Su obra alcanza más de 400 creaciones. A pesar de haber compuesto unas doce sinfonías y muchas óperas, hoy olvidadas, es más conocido por sus ballets y sus obras de cámara.

FRancisco Rivero. Darius MIlhaud. 2010.

El Trío para violín, clarinete y piano OP. 157 es una de ellas. Esta suite moderna en cuatro movimientos que combina lo antiguo con lo moderno de manera magistral suena bastante bien. Posee ritmos sincopados del Jazz, melodías populares, un tango y otras cosas. Es música sencilla, de un raro encanto, jocosa y ligera dentro del estilo de les Six.

En cuanto a las influencias de esta obra es casi obligatorio remitirse a la historia del Soldado de Stravinsky, compuestas diezciséis años antes en 1919, su ballet La creación del Mundo y la música popular del Brasil, que escuchó en ese país durante su residencia de dos años.

La obra es de unos 12 minutos de duración y se estructura en cuatro partes

    1. Overeture vif et gai 1:33.
    2. Divertissement. Animé. 3:06.
    3. Jeu. Vif 1:42.
    4. Introduction et final / Moderè / Vif. 5:25











Discografía: Ensemble Incanto. Arte Nova. 2000.

Martinů : Maestro del colorido orquestal



Con Martinů la fuerza, el movimiento y la agitación del barroco y,  la orquestación moderna se dan de la mano.

FRancisco Rivero. Martinu. 2016.

El compositor checo Bohuslav Martinů (1890-1959) en su tránsito por la sinfonía recoge diversas influencias que van desde el gusto por los timbres exóticos de Debussy, la complejidad polifónica de los madrigalistas ingleses, hasta el Concerto Grosso del Barroco.

Sinfonía No. 5

 Después de su exilio americano en los años 1942-46, donde completó cuatro grandiosas sinfonías, comisionadas por Koussevitsky, el director de la Filarmónica de Boston, se dispone a regresar a su patria, para continuar allí su carrera. Para tal fin compone su quinta sinfonía y la dedica a la Orquesta Filarmónica checa. Fue estrenada por dicha orquesta bajo la batuta de Rafael Kubelik en 1947.

Es una obra radiante de un optimismo alegre y decidido, de un hermoso colorido orquestal y una textura polifónica bien intensa. Posee solo tres movimientos y es de unos 30 minutos de duración.

Adagio- Allegro 8:01.

Larghetto 9:37.

Lento- Allegro. 11:47.

El tercer movimiento se inicia con una fuga de mucha tensión para dar paso al allegro de gran dinamismo y vivacidad. Es notable en esta obra, como en casi todas las obras sinfónicas de Martinů, el uso del piano en la orquesta. También la contraposición de dos temas contrastantes para crear los movimientos 1 y 3.








Discografía

Martinů Symphonies. Royal Scottish National Orchestra. Bryden Thomson. Chandos. 2005.




jueves, 5 de enero de 2012

Prokofiev: La suite para piano Visiones fugitivas o Fugacidades OP. 22.



¿Se encuentra Ud. cansado de tanta música del romanticismo? ¿Buscando música menos  densa, melosa, recalentada  y pegajosa? Quizás necesite algo ligero, frío y distante. Alguna obra del neoclásico que mantenga la compostura y no nos contagie con rollos complicados y emociones ajenas. Una obra aséptica que no se salga del plano sonoro y tan solo estimule la capacidad auditiva del oido interno.
El año de 1917 fue uno de los más fructíferos para Sergei Prokofiev, tanto por la cantidad como por la calidad, de obras nacidas en años anteriores y concluidas de manera brillante en tan corto período. Es el año de la sinfonía No. 1 Sinfonía Clásica, que lo consagra como uno de los grandes del siglo XX, también del hermoso Concierto para violín No. 1 en re mayor, las sonatas para piano No. 3 y 4, y finalmente ese maravilloso conjunto de pequeñas joyas para el piano que son Las Fugacides.

Francisco Rivero. Prokofiev. 2004.


Son obras juveniles de estilo neoclásico compuestas en Rusia, después de  atravesar una etapa de niño terrible deleitando al público snob de aquella época con recias e irreverentes partituras como el Primer Concierto Para piano, compuesto cuando contaba apenas veinte años y la revolucionaria Suite Escita. Las obras de 1917 se proyectan hacia el futuro, y anuncian cosas más fáciles de escuchar y más luminosas, si bien menos vanguardistas, de una interesante y aterciopelada etapa soviética que se dará inicio cuando se produzca el retorno a la Patria en 1936.

Las fugacidades son un conjunto de veinte piezas para el piano, compuestas a lo largo de tres años, siendo las primeras de 1915. Representan un esfuerzo por atrapar imágenes fugaces en un tiempo muy breve, de una realidad sonora que se quiebra y  se desintegra en fragmentos de multiples aristas agudas. Son miniaturas muy bien trabajadas donde se muestra el estilo neoclásico, que reflejan una personalidad única decididamente anti- romántico, burlón, irónico, incisivo, genial y caprichoso.

Estas piezas de textura sencilla, claras y cristalinas están escritas en el mejor estilo percusivo de Prokofiev, de inspiración y factura clásica en cuanto  al uso de formas y armonías tradicionales, pero con algunas notas estratégicamente desubicadas, irrespetando las normas de funcionalidad, con lo cual se mueve en las aguas de la atonalidad. Es una atonalidad pura como el agua, de carácter lírico impregnada de cierto aire misterioso de atemporalidad, música paralizada en el tiempo y sin concluir. Son como esas composiciones  hipnoticas de Satie y Scriabin de fin de siglo, que nos envuelven en atmósferas irreales y transparentes,  hechas para flotar en el vacío, ver pasar las nubes en el cielo azul y meditar sin pensar en nada. Son  obras tan fugaces que uno se olvida de ellas por completo al terminar la audición.

Cada Visión o Fugacidad dura entre uno y dos minutos. Se van alternando en cuanto a los tiempos. Los nombres de las piezas son bastantes sugestivos del estado de ánimo del compositor.

1. Lentamente

2. Andante

3. Allegretto

4. Animato

5. Molto giocoso

6. Con eleganza

7. Pittoresco (Arpa)

8. Comodo

9. Allegro tranquillo

10. Ridicolosamente

11. Con vivacità

12. Assai moderato

13. Allegretto

14. Feroce

15. Inquieto

16. Dolente

17. Poetico

18. Con una dolce lentezza

19. Presto agitatissimo e molto accentuato

20. Lento irrealmente



Discografía: 
  1. Olli Mustonen - 1996. Decca.
  2. Matti Raekalio. Ondine.