sábado, 28 de abril de 2012

Roy Harris ¿Qué nos quedó de aquel populismo?



La música clásica en Norteamerica tuvo su edad de oro en los años 30-50 del pasado siglo. La corriente del neoclásico llevada desde el Paris de Stravinsky y su alumna Nadia Boulager, hasta Nueva York, Boston y Chicago produjo un nuevo sonido, llamado el Sonido Americano, en manos de jóvenes como Copland, Roy Harris, Virgil Thomson, William Schuman y otros, hoy casi todos olvidados, aún en su propia patria.

FRancisco Rivero. Roy Harris. 2005

¿Quien dijo que fue  mala la intervención de la política en la música?  Si no hubiese habido represión política en la Viena  Imperial, no tuviésemos un Fidelio, un Don Giovanni o las Bodas de Fígaro.
El Populismo Norteamericano generó un ambiente de progreso, esperanza y optimismo.  Fue una época de grandes ballets nacionalistas y sinfonías de mucho aliento, que emulaban el ambiente patriótico de un Shostakovich o un Prokofiev de mucha fuerza narrativa, orgullo por la tierra y el trabajo, y un innegable atractivo popular. Era una competencia muy sana y creativa entre este y oeste del planeta.  En el  caso norteamericano,  Música de fanfarrias, golpes de timbal, canciones de vaqueros, espirituales e himnos de las iglesias.
Hoy presentamos la sinfonía No. 11 de Roy Harris, no tan brillante como la No. 3, pero poseedora de un cierto lirismo de carácter más íntimo. La obra fue compuesta en 1967.


viernes, 27 de abril de 2012

! Fanfare for the common will rise again !



Fanfarria para el hombre común ( Fanfare for the common man) es una pieza corta de Aaron Copland, de tres minutos y cuarenta segundos, compuesta por allá por los 40 del siglo pasado. Representa una promesa de reivindicación por parte del Estado hacia ciudadano común que llevó la peor parte en la crisis económica de 1928. Una nueva postura cultural, dentro del marco del New Deal,  para colocar al obrero por encima del banquero, se podría decir en términos sencillos.
FRnacisco Rivero. Aaron Copland. 2005.
El título de la entrada lo copie textualmente de algún estadounidense, bastante indignado,  que posiblemente perdió todo con la crisis del 2008. Siempre hay la esperanza de un nuevo presidente que gobierne para el pueblo, como lo hizo Frankling Delano Roosevelt. Fue un presidente amigo de los artistas que apoyó a muchos valores del panorama musical norteamericano como a Aaron Copland, Roy Harris, Virgil Thompson y otros. Hay que leer Las uvas de la ira de John Steimbeck, o ver la película sobre el libro de H. Fonda para entender este drama.
Aaron Copland con unas pocas notas de los cobres logra un gran efecto que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser y levanta sentimientos de solidaridad humana. Los golpes iniciales de los timbales son una especie de llamado a la conciencia, como en la primera parte de la Quinta de Beethoven. Este tema es un ícono de la cultura americana que aspira dominar los grandes espacios con el trabajo tesonero de su pueblo. Posteriormente Copland  incorpora la fanfarria en su tercera sinfonía. Bravo!