El músico italiano Ferruccio
Busoni (1866-1924) es difícil de ubicar en el panorama de la música moderna por
sus cambios de estilo que reflejan distintas corrientes a veces contrapuestas. Tal
es el caso de sus primeras obras como el monumental Concierto para piano de 1904, composición de dimensiones colosales y escritura compleja en
el estilo de Wagner y Liszt. Son 70 de minutos de buena música en donde se
conjuga lo viejo con lo nuevo de manera magistral.
Francisco Rivero. Busoni. 2016.
Busoni se educó entre Austria y Alemania y permaneció en Leipzig
durante casi toda su carrera ejerciendo su actividad como pianista y concertista, compositor y pedagogo.
Fue un músico de avanzada que ayudó a promocionar
otros compositores, algunos de avanzada como Schoenberg y Bartok.
A partir de 1907 hay un
cambio de estilo con sus piezas para piano Elegías,
compuestas en 1907 en donde se plantea una duración más breve y textura más ligera,
acuñando su propia voz que lo llevara por nuevos derroteros de la música
moderna.
El músico anuncia este
cambio de actitud en su obra Bosquejos de
una nueva estética, publicada en 1907, la cual tuvo bastante difusión e
influencias entre los compositores de su época. Allí plantea la liberación de la
música de los modos tradicionales de composición, permitiendo mayor libertad, apartándose
de los estereotipos de la música descriptiva y haciendo una defensa de la
música en su esencia propia como simple relación entre sonidos: La nueva música
debe ser infinita y absoluta. Propone una investigación de las nuevas escalas
musicales, presentes en las obras de Richard Strauss y Debussy, haciendo uso de
microtonos. Este nuevo sistema lo bautiza con el nombre de Joven Clasicismo.
Una faceta importante de
su carrera es el estudio del contrapunto, inspirándose en la obra de Juan Sebastián
Bach, del cual hizo varias transcripciones para el piano, resultando en obras de gran interés por el nuevo tratamiento
de los tiempos, armonías y timbres. Son una clara expresión de ello sus seis Sonatinas para el piano compuestas entre
1910-20. Son obras amenas de escuchar, bastante libres, que semejan estudios o
improvisaciones tomando material prestadode algunos autores famosos. En una de ellas escuchamos citas de Carmen
de Bizet.
Busoni compuso tres óperas
en su última etapa, dos de las cuales se inspiran en la Comedia del Arte del
silo XVIII, como lo son Arlecchino (1916)
y Turandot (1917). Dejo sin terminar
su ópera Doctor Fausto, cuando la
muerte lo sorprendió en 1924, en donde plasma sus ideas del Joven Clasicismo.
Después de guardar silencio
durante algunos meses, vuelvo a escribir algo para el blog. Esta vez sobre un tema que me atrae mucho como lo es el
de las interpretaciones de música para
piano. Hay grandes intérpretes del teclado en la actualidad que han
desarrollado técnicas depuradas, gracias al estudio profundo y la comprensión
de las obras de los grandes maestros, que, en mi humilde opinión, están a la
par e incluso superan todo lo escuchado anteriormente. Es difícil hablar sobre
un tema tan amplio en tan breve espacio y no cometer omisiones. Tan solo
mencionarea vuelo de pájaroalgunos nombres de personas y obras de arte,
que puedan servir de guía elemental para un principiante.
Sin hacer más
introducciones innecesarias y pasar a abordar el tema debo decir que en el
pasado cercano (mediados del siglo XX en adelante) se destacan un par de
grandes figuras legendarias como lo son
la rumana Clara Haskil (1885- 1960),
quien nos dejó una grabación irrepetible
del Concierto para piano No. 2 de
Chopin y la suite Noche en los Jardines
de España de Manuel de Falla, al final de su carrera. Haskil fue una
reconocida intérprete de Mozart.
Igualmente notable es
el legadola española Alicia de Larrocha, cuyas grabaciones
geniales dieron a conocer al público la
vasta obra de Albéniz, Falla, Granados y otros músicos ibéricos. Son impecables interpretaciones que estarán por
siempre en toda colección de música. Captura con sus dedos prodigiosos la esencia
de la música andaluza con sus ritmos folklóricos, trinos y melodías llenas de nostalgia.
Sus interpretaciones de las Danzas
españolas de Granados son inolvidables.
Aunque grabó muy pocas
cosas, la francesa Ivonne Lefébure
(1898-1986) fue una destacada profesora y concertista de larga trayectoria. Sus
interpretaciones e Bach son excelentes.
A mediados del siglo XX
nos encontramos con dos pianistas, poseedorasde una gran técnica que han sabido explotar al máximoy de una gran voluntad de expresión. Son un
par de especies de todo terreno de la música en cuanto al amplio y variado
repertorio por donde han transitado.
Ellas son la portuguesa
María Joao Pires ( n. 1944 Lisboa), y
la argentinaMartha Argerich. Pires fue una niña prodigio que dio sus primeros
conciertos a la edad de cinco años. Ha grabado casi todo de Chopin, en especial
sus nocturnos. También ejecutó a Bach, Schumann, Mozart y Brahms. Su
interpretación del Concierto para piano
en La menor de Schumann con Abbado es una pieza única.
Argerich también se ha
paseado por todo el repertorio clásico y ha incursionado en los modernos. Su
versión del Concierto para piano No. 3 de
Prokofiev es fantástica, audaz, avasallante; y no digamos sus brillantes
interpretaciones de las pequeñas obras de Schumann. Martha ha hecho bastante
por la música de cámara, sobre todo en sus ejecuciones de los quintetos con
piano de Schumann y Shostakovich. Martha Argherich, más que una pianista es
toda una institución musical, que reúne a grandes músicos en sus Festivales de
Lugano Italia y que han sido grabados por el sello EMI.
Por cierto que las dos
damas se unieron en una grabación de la Sonata
para piano a cuatro manos de Mozart K381. En el Festival de Lugano de año
2012.
En Japón se ha
producido una eclosión de grandes pianistas. ¿Por qué esta preferencia por el
piano? ¿Quizás por la famosa marca Yamaha? La pianista Mitsuko Ushida ( n. Tokio 1948) ha grabado casi todo de Mozart,
Beethoven, Schubert, Chopin, Debussy y Schoenberg. Demostrando unatécnica clara y prístina, semejante a Glenn
Gould, pero tocando con mayor emoción, personalidad propia y pasión. Sus interpretaciones de las sonatas de
Mozart nos elevan hasta el cielo. Poseen un encanto especial por su fina
sensibilidad y calidez en la ejecución.
Japonesa es también la
virtuosa Noriko Ogawa ( n. Japón
1962 ) y residente de Londres, quien ha grabado los Conciertos para piano de
Tcherepin y toda la obra de Debussy para el piano en el sello Bis. Su serie de
preludios de Debussy estánentre los
mejores del repertorio. Recrea con sus notas de manera magistral, la atmosfera
impresionista del genio francés, relajante y sensual.
Una pianista
canadiensede reconocida fama es Angela Hewitt quien ha grabado bastante
música barroca al igual que Chopin y Debussy. Ha dedicado gran parte de su
carrera a las obras del teclado de Bach, en especial El Piano bien Temperado. Es sorprendente su versión para piano de
las obras de clavecín de Francois Couperin. Suenan de maravilla.
La británica Kathryn
Stott ( n. 1958) hace gala de un variado repertorio. Ha grabado toda la
obra pianística de Fauré. Sus cuatro conciertos para piano de Kabalevsky con el
sello Chandos demuestran gran fuerza y maestría en obras casi desconocidas para
todos. Su colaboración con Yo-Yo Ma en el cd Paris la Belle Epoque es un bello homenaje a la música francesa de
fin de siglo.
Destaca por su vasto
repertorio y meteórica carrera, la joven ucraniana Valentina Lisitsa ( n. 1973) residenciada en los Estados Unidos. Ha
ejecutado a los grandes del piano, como Rachmaninov, Liszt, Beethoven y Scriabyn
en interpretaciones impecables, según
los conocedores. Su recital en el Albert
Hall de Londres en 2012 grabado en un par de Cd por el sello Deca es de
antología. Ha incursionado en terrenos nuevos, ejecutando la música de piano
del inglés Michael Nyman y del norteamericano Philip Glass. Se encuentra en la
plenitud de su carrera y puede dar más cosas interesantes.
El repertorio para dos
pianos tiene en las hermanas Katia y
Marielle Labèque, nacidas en el país vasco francés, su referencia obligada. La versión del Concierto para dos pianos de Francis Poulenc
con la sinfónica de Boston, es agradable y entretenida. Recomendable es también
su último álbum titulado España, en
donde interpretan música de Falla, Albeniz, y Lecuona .
La lista es muy larga y
pudiera continuarla por un largo rato. Me
doy cuenta de un pequeño detalle, inadvertido para mí hasta ahora, y es que todos los pianistas reseñados aquí son
mujeres. Luego escribiré algo sobre pianistas hombres.